Este blog fue creado para dar a conocer los esfuerzos del equipo de sincroparaguay para desarrollar el nado sincronizado en Paraguay.(click aqui para ir a la pagina oficial)

jueves, 11 de agosto de 2011

La bilbaina Mónica Ausín ha realizado los bañadores que lució la selección estatal de sincronizada



Cuando los afilados dientes de las sirenas del equipo español de natación sincronizada saltaron hace poco más de una semana a la piscina de los mundiales de Shanghai, una bilbaina miraba nerviosa la final en televisión. Aunque su corazón quería emocionarse con los saltos y figuras acrobáticas de aquellas bailarinas submarinas, su mente ya estaba pensando en cómo mejorar el próximo diseño. Ella es Mónica Ausín, estilista y directora de arte, encargada de diseñar un atrevido y feroz traje de baño para la Selección Española de Natación Sincronizada.


La historia comenzó de manera casual cuando Mónica se encargó del estilismo de los presentadores de la Gala del Deporte celebrada en el teatro Arriaga. En aquella celebración, Ana Tarrés, actual seleccionadora de natación sincronizada, iba a recibir una mención. "Cuando Tarrés subió al escenario a recibir su premio, confesó en público que este año quería hacer algo diferente con los bañadores y la imagen de las nadadoras, que quería apostar fuerte. E hizo un llamamiento a los diseñadores", explica Ausín. Ni corta ni perezosa, la diseñadora bilbaina recogió ese mensaje lanzado al aire y, durante el coctel organizado tras la entrega de premios, se encamino hacia Tarrés. "Le pregunté si la apuesta era abierta, si era real, o simplemente una intención", apunta. Pero la propuesta iba en serio; de hecho, se gustaron tanto -"una especie de flechazo profesional", confiesa Mónica-, que enseguida se pusieron a trabajar en ello. "A Tarrés le interesó mucho la perspectiva de Bellas Artes", especifica. Necesitaban romper moldes y la bilbaina era la clave.


A partir de este momento, todos se sintieron como pez dentro del agua. Para comenzar el proyecto, Ausín decidió hacer las maletas e irse al centro de alto rendimiento que la federación tienen en Barcelona. "Necesitaba ir allí y observar los movimientos, ver las coreografías. Me empapé bien de qué necesidades tenían, de la estética que se lleva, porque una cosa es ser rompedora y otra es irse del concepto en el que estás. El patronaje tiene que adaptarse mucho a las normas que marca la disciplina", expone Ausín. Así, la importancia de observar a cada nadadora, -el levantamiento de pierna, los movimientos de cadera, las dificultas que se encontraban-, sería esencial para el diseño. La temática, elegida por Tarrés, debía ser el mar, por lo que Ausín empezó a buscar imágenes de peces y estudiar los colores y las texturas; incluso llegó a adentrarse en una piscina para experimentar lo que sienten las nadadoras en el agua e incluir esas sensaciones en su diseño.



Diseño artesanal Con la ayuda de Marc Arañó, diseñador industrial encargado hasta la fecha de hacer los diseños, y su compañero de Peccata Minuta, Mario Suances, comenzaron las pruebas. Una empresa de Barcelona era la encargada de estampar los diseños y coser los bañadores en lycra. Después, uno a uno, se terminaban a mano en el estudio que tienen la diseñadora en Deusto. Cada escama de aquel pez barroco impreso en el bañador se creaba a mano con látex, llegando a utilizar hasta cinco capas en cada una.

Esta técnica con látex no se había introducido antes en la natación sincronizada, tal como pasó con los gorros, completamente artesanales. Los ojos, una pelota cortada por la mitad y vinilo, trajeron de cabeza a la diseñadora, su equipo de Peccata Minuta y la seleccionadora que no supieron hasta tres días antes de si serían aceptados o no por la federación. "Siempre íbamos a salto de mata, aunque estas decisiones de última hora nos daban una frescura que no se obtiene decidiendo las cosas dos meses antes", comenta Ausín.
medalla de bronce Pero los resultados llegaron y en la final libre por equipos de natación sincronizada, aquellas sirenas con dientes de pirañas intimidaron a sus contrincantes. Para el equipo de natación llegó una medalla más de bronce; para la diseñadora, una experiencia inolvidable. "Ana Tarrés está encantada con el resultado, le ha gustado mucho cómo trabajamos y cómo hemos estado juntas en este pequeño espacio de tiempo", apunta.
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