Seguro que alguna vez en la piscina, o en el mar o en cualquier otro lugar con agua y profundidad suficiente habéis intentado hacer una voltereta, o una vertical, o quizá una apnea para ver quién aguanta más la respiración. Todos lo hemos probado alguna vez con más o menos éxito. Ahora imaginaros tener que hacer éstas piruetas y muchas más, con elevados niveles de dificultad, cada día entre 5 y 8 horas, además de nadar, hacer ejercicios de flexibilidad y pasarse muchas horas de preparación física en un gimnasio. Y por si esto fuera poco, ejecutar una y otra vez una coreografía hasta conseguir una sincronización perfecta con un equipo de 10 deportistas.
Pues esto es lo que hacen las chicas de la natación sincronizada. Unas deportistas de primer nivel que desde el año 2003 están abonadas a los podios internacionales. La selección española de natación sincronizada cuenta con títulos de campeonas del mundo, campeonas de Europa y subcampeonas olímpicas, ahí es nada.
A ellas se las conoce como las “Sirenas” y aunque en el mundo del deporte y en todos los ámbitos del marketing necesitamos poner nombres a las cosas, nombres que nos transmitan un mensaje y que aporten unos valores, creo que el de “Sirenas” es un grave error. Las chicas que practican natación sincronizada, son mujeres y son deportistas y en mi opinión el concepto de Sirena le quita valor al sacrificio, al esfuerzo y a la entrega diaria que estas deportistas llevan a cabo. Quizá las deberíamos asociar a otros conceptos que impriman carácter, fuerza y valor. Pero no voy a plantear un debate más allá de este apunte que quizá nos tiene que hacer pensar que cuando ponemos nombres hay que valorar los conceptos de forma más global… Y si nunca habéis visto a estas chicas en acción os dejo dos vídeos que demuestran lo que son capaces de hacer. Disfrutadlos, porque valen la pena y pensad si las “Sirenas” serian capaces de hacer lo que hacen estas mujeres de verdad.
Pues esto es lo que hacen las chicas de la natación sincronizada. Unas deportistas de primer nivel que desde el año 2003 están abonadas a los podios internacionales. La selección española de natación sincronizada cuenta con títulos de campeonas del mundo, campeonas de Europa y subcampeonas olímpicas, ahí es nada.
A ellas se las conoce como las “Sirenas” y aunque en el mundo del deporte y en todos los ámbitos del marketing necesitamos poner nombres a las cosas, nombres que nos transmitan un mensaje y que aporten unos valores, creo que el de “Sirenas” es un grave error. Las chicas que practican natación sincronizada, son mujeres y son deportistas y en mi opinión el concepto de Sirena le quita valor al sacrificio, al esfuerzo y a la entrega diaria que estas deportistas llevan a cabo. Quizá las deberíamos asociar a otros conceptos que impriman carácter, fuerza y valor. Pero no voy a plantear un debate más allá de este apunte que quizá nos tiene que hacer pensar que cuando ponemos nombres hay que valorar los conceptos de forma más global… Y si nunca habéis visto a estas chicas en acción os dejo dos vídeos que demuestran lo que son capaces de hacer. Disfrutadlos, porque valen la pena y pensad si las “Sirenas” serian capaces de hacer lo que hacen estas mujeres de verdad.
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