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Los inicios del nado sincronizado se remontan a principios del siglo XX. Fue la nadadora Annette Kellerman que presentaba espectáculos acuáticos en Estados Unidos y que llamaban mucho la atención de la gente. Posteriormente Catherine Curtis fue quien se preocupó del desarrollo de esta especialidad, ella asoció figuras en el agua hechas por los cuerpos de las nadadoras acompañada de música. La trascendencia y popularidad de estos musicales fue tal que Esther Williams, en las décadas de 1940 y 50, los llevó al reconocido estudio MGM.
De esta manera el Nado Sincronizado se convierte en un deporte que requiere gran fuerza corporal, agilidad, gracia, belleza, timming, interpretación musical y expresión dramática. Es un deporte único en el que se despliegan poder, fuerza y habilidad técnica en una sola pieza artísticamente coreografiada. Las reglas competitivas y manera de juzgar el nado sincronizado son similares al patinaje artístico y gimnasia artística.
Con el tiempo se ha transformado en un deporte muy aceptado por la gente, su popularidad se debe a las rutinas artísticas donde se encuentra el uso de la música para demostrar las habilidades del atleta: técnica y creatividad. Las rutinas son reforzadas por el uso de movimientos originales y expresivos, esquemas, ritmos y contacto con el público.
El debut del nado sincronizado como un deporte de competencia corresponde a los Juegos Panamericanos en 1955. El Nado Sincronizado llego como disciplina olimpica en los Juegos Olimpicos de Los Angeles 1984 y el nado sincronizado paraguayo entro en el escenario internacional en los Juegos Odesur y Suramericano de Medellin en 2010, en solo.
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