Hoy es un día muy especial para mí, como muchos de vosotros ya sabéis cierro una etapa de mi vida y empiezo otra. Lo hago muy bien acompañada, por todos los que habéis querido estar aquí, familia, compañeras, directivos, periodistas, amigas y amigos. Es un privilegio que podemos tener algunos deportistas que el día que decimos adiós no estamos solos…
...Mi padre se prejubiló el mes pasado después de más de 40 años de trabajo y ya os puedo asegurar que no tenía micros ni cámaras pendientes de un momento tanto o más importante de su vida que el que estoy viviendo yo hoy.
Qué suerte que tenemos los deportistas de jubilarnos tan pronto, dejo el deporte profesional con 34 años aún con toda la vida por delante para hacer muchas otras cosas, que más puedo pedir.
Por eso hoy me he despertado contenta y emocionada, contenta porque me he dedicado a un deporte que me ha hecho muy feliz y que dedicándome, pienso modestamente, también he podido hacer feliz a otra gente. También porque no me retiro ni por una lesión ni por ningún problema personal, familiar o profesional. Lo dejo porque tengo la sensación que todo lo que le podía dar a este deporte, ya se lo he dado y a la inversa igual, este deporte me ha dado más de lo que nunca podría esperar.
Me voy de la natación sincronizada con muchas cosas aprendidas, creo que siendo mejor persona y satisfecha porque creo que la sincronizada también es mejor ahora que hace 30 años.
Todo gracias a la ilusión que desde principio nos ha movido, todo lo que haga a partir de ahora será con los mismos valores que dentro del agua, sacrificio, perseverancia, la ilusión, el riesgo, la valentía y el compañerismo, este ha sido la clave ayudarnos todas una excelente generación de nadadoras trabajando en equipo con Anna Tarrés al frente y siempre acompañada de sus incondicionales y entregadas ayudantes. Pero sin olvidarme de médicos, fisio, preparadores físicos, músicos y un sin fin de gente que nos ha ayudado a conseguir un objetivo, reinventar un deporte.
Hemos conseguido que hoy la natación sincronizada ocupe un espacio impensable hasta hace poco en el mundo del deporte. Y espero que así siga siendo siempre, con este maravilloso equipo al que aún le quedan muchas cosas para hacer y demostrar.
Quiero aprovechar para agradecer al CN Kallipolis, a la FCN, RFEN, por su soporte, al CSD, COE, a la Secretaria General de l’Esport, por facilitarnos todo lo que pueden en nuestro trabajo y que nos podamos dedicar a lo que nos tenemos que dedicar los deportistas, a entrenar y competir.
Decía antes que estoy contenta y también emocionada, emocionada porque es inevitable que hoy me pase la película de mi vida profesional por delante. Que me vengan a la cabeza muchas imágenes, muchos momentos, muchas personas que me han ayudado a llegar hasta aquí.
Mis padres y mis hermanas han sido un gran refugio en muchos momentos, sin ellos seguramente no hubiera llegado tan lejos. Aun me acuerdo el primer día que mis padres me llevaron a la piscina CN Kallipolis, aún recuerdo como mi padre me esperaba en la grada de la piscina y me silbaba desde fuera del vestidor porque se hacía tarde y cómo mi madre me esperaba con la cena caliente y se quedaba conmigo en la cocina haciéndome muchas preguntas de cómo me había ido el entrenamiento.
Siempre me han animado mucho y me han hecho sentir que podía llegar lejos y mis hermanas con su admiración por lo que hacía me ha hecho sentir más segura de mi misma.
Me llevo recuerdos buenos y no tan buenos porque la vida de un deportista de elite suele ser muy dura. Y esto lo veo como algo positivo porque de los malos momentos también se aprende y me ha hecho ser más fuerte. He podido vivir experiencias muy intensas con mis compañeras, las hemos visto de todos los colores y lo hemos podido compartir todo, hemos madurado juntas y también hemos aprendido de la vida gracias a este deporte.
Quien nos iba a decir a Irina, Gisela y a mí cuando empezamos hace 26 años en el club que llegaríamos a subir a tantos pódiums internacionales y que incluso ganaríamos medallas olímpicas; era algo que soñábamos y los sueños se hacen realidad.
Pero lo que sí que tengo claro es que la felicidad no son las medallas que hemos conseguido, sino el camino que hemos recorrido para conseguirlas; ahora tengo delante mío otro camino, aún no se donde me llevará, me gusta no saberlo.
Me gusta dejar que la vida me sorprenda y, eso sí, sea cual sea el camino, lo quiero hacer con la gente que quiero”.
Gemma Mengual Civil, a 15 de febrero de 2012
http://www.rfen.es/publicacion/noticias.asp?n=7725
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